Arte de España y Portugal: Antigüedades

JOYAS, CELTÍBERAS, hacia 125-100 a.C.

La colección de antigüedades de la Hispanic Society, la mayor fuera de España, ilustra de forma exhaustiva la historia antigua de la Península Ibérica. Las obras más antiguas entre ellas fueron creadas en el segundo milenio a.C. por un pueblo conocido como la cultura del Vaso Campaniforme –o Calcolítica– por la forma de las piezas de cerámica que producían. Más tarde, los ricos yacimientos minerales de España atrajeron a pueblos ajenos a la Península Ibérica tales como los fenicios, los griegos y los cartagineses, quienes fundaron colonias principalmente en el sur y el litoral de España. Testimonios de la convergencia de las culturas fenicia e ibérica autóctona figuran en la colección de la Hispanic Society de marfiles tallados (hacia 700-600 a.C.) encontrados en diversas excavaciones a lo largo del río Guadalquivir. Los celtas que emigraron también se asentaron en el centro de España, y se mezclaron con los íberos nativos. La cultura celtíbera se encuentra representada en la Hispanic Society con un imponente grupo de obras de metalistería que incluye brazaletes de plata, torques y fíbulas.

PAREJA DE TRULLAE, ROMANOS, 100-25 d.C.
LUCERNA DE DOBLE PIQUERA CON MÁSCARA DE PAN, ROMANA, PRINCIPIOS DEL SIGLO I d.C.

A partir del siglo iii a.C., los romanos hicieron incursiones en territorio español poco a poco, hasta controlar la totalidad de la Península Ibérica, desde el año 19 a.C. hasta el siglo v d.C. La Hispanic Society posee una gran colección de obras romanas, incluyendo estatuas de mármol, pequeñas esculturas e instrumentos de bronce, mosaicos, plata, cerámica y vidrio. Entre las esculturas de mármol que figuran en la colección se incluyen un retrato de una princesa julio-claudia, tal vez Julia Drusila (30-50 d.C.); y una estatua fragmentaria de Diana (siglo ii d.C.); pero la más soberbia es el Busto de un joven romano (130-150 d.C.), supuestamente descubierto en Itálica, cerca de Sevilla. Entre las decenas de piezas de metalistería romana, las más relevantes son una lucerna de doble piquera hecha en bronce con una máscara de Pan (principios del siglo i d.C.), y un juego de dos cazos de plata, o trullae (100-125 d.C.), encontrados cerca de Nuestra Señora de Tiermes (Soria). La colección reúne más de 150 piezas completas de vidrio romano que datan de los siglos i y ii d.C., la mayoría halladas en Extremadura y Andalucía. Las decenas de cuencos y tazas moldeados en alfares con esa arcilla roja conocida como terra sigillata son de fecha y procedencia similares, así como la cerámica con decoración de engobe, o a la barbotina. Entre las obras romanas más llamativas se encuentra un espectacular medallón de mosaico que representa a Medusa (175-225 d.C.), procedente de la ciudad romana de Canama, hoy Alcolea del Río, cerca de Carmona (Sevilla).

Cuando el Imperio Romano se derrumbó, suevos, vándalos y visigodos ocuparon la Península Ibérica, siendo en último término los visigodos quienes acabarían dominando y estableciendo su capital en Toledo en el siglo v. Los visigodos conservaron la hegemonía en España hasta que, tres siglos más tarde, fueron sometidos por los invasores árabes y bereberes del Norte de África. El carácter cristiano del arte visigótico se manifiesta en una placa de terracota en relieve sin vidriar del siglo vii que figura en la colección; y podemos contemplar el desarrollo de la metalurgia visigótica en una hebilla de cinturón del siglo vi de exquisita factura en bronce y granate.

BUSTO DE UN JOVEN, ROMANO, 130-50 d.C.
CABEZA DE MEDUSA, ROMANA, hacia 175-225 d.C.