Una Estancia Para Ella: El Estrado y El Mundo Hispano

El estrado fue durante mucho tiempo un punto focal de opulencia e intriga en los relatos históricos. Símbolo largamente olvidado de opulencia y misterio, el estrado estuvo antaño entrelazado con nociones de feminidad en el mundo hispánico. Los primeros estrados se distinguían por una plataforma central, o tarima, cubierta con alfombras y almohadas. El término “estrado” se refiere a una habitación separada (o área designada dentro de una habitación) donde las mujeres participaban en elaboradas prácticas sociales y exhibían sus posesiones más valiosas y preciadas provenientes de todo el mundo. Originario de España a finales de la Edad Media, el estrado desempeñó un papel central, hoy olvidado, en la vida de las mujeres en España y sus virreinatos hasta el siglo XIX.

A principios del siglo XVI, el concepto del estrado cruzó el Atlántico y se extendió por toda la América española. Allí, mujeres acomodadas de ascendencia europea, indígena y de África Occidental adoptaron la práctica, dando nueva vida a ese notable espacio. A finales del siglo XV, el estrado se convirtió en un símbolo de riqueza y prestigio de género entre la clase alta de España, donde las mujeres entretenían a los invitados o se relajaban en privado. A medida que el acceso a una creciente variedad de bienes materiales y el poder adquisitivo aumentaban con el tiempo, su adopción se expandió a los hogares de personas que no pertenecían a las élites y de una clase media con aspiraciones.

Esta exposición explora cómo ese espacio se convierte en un lugar de empoderamiento y subversión femenina, dentro de un ámbito de confinamiento, al examinar de cerca las experiencias vividas por las mujeres durante ese período.