Arte de España y Portugal: Pintura

RETRATO DE UNA NIÑA, hacia 1638-1644
Diego Velázquez

Medieval

Los altares incluyen desde obras antiguas, tales como un retablo de Enviny, en el noreste de España, firmado y fechado en 1490 por Pere Espalargues, hasta piezas más sofisticadas de estilo Gótico Internacional, tales como la tabla de La Ascensión (hacia 1408), del maestro valenciano Miguel Alcañiz, procedente del retablo de los Santos Vicente y Gil, de una capilla del Hospital de los Caballeros de San Juan de Jerusalén, en Valencia. Entre los numerosos paneles de altar del siglo xv que figuran en la colección, hay una pareja de obras anónimas procedentes del mismo altar que merecen una mención especial por su calidad, San Jerónimo (hacia 1475-1500) y San Miguel (hacia 1475-1500).

LA ASCENSIÓN, hacia 1408
Miguel Alcañiz
EL DUQUE DE ALBA, 1549
Antonis Mor

Siglo de Oro

En el siguiente siglo, ese estilo sería reemplazado por el acentuado naturalismo asociado a la pintura renacentista. Por ejemplo, Luis de Morales incorporó el efecto difuminado del sfumato de Leonardo da Vinci en sus pinturas devocionales Ecce Homo (hacia 1560-1570), Virgen y el Niño con una devanadera (hacia 1560-1570), y La Sagrada Familia con el horóscopo de Cristo (1562-1569). Los artistas nacidos en aquellos países que formaban parte del Imperio Español en Europa también desempeñaron un papel significativo en la evolución del arte renacentista español. El Retrato del Duque de Alba (1549), de Antonis Mor, creó un estilo de retrato sobrio y formal que dominaría el arte español hasta el siglo xviii. También merecen mención aparte el retrato en miniatura anónimo de Juana de Austria (hacia 1550-1552), hermana de Felipe ii; y La familia de Felipe ii de España (hacia 1583-1585). Y, por último, cabe asimismo destacar de este periodo un pequeño retablo completo procedente de Cuenca, obra de Martín Gómez el Viejo, Retablo de los dos San Juanes (hacia 1550).

Durante el siglo xvi, la corte y la iglesia españolas atrajeron a artistas de territorios ajenos a la Península Ibérica. Quizás el más célebre de todos ellos fuera el griego de formación italiana Domenikos Theotokopoulos, conocido como El Greco. La Hispanic Society posee obras autógrafas de todos y cada uno de los periodos de su carrera, así como pinturas de su hijo, Jorge Manuel Theotocópuli (1578-1631). La Sagrada Familia de El Greco (en torno a 1585) evoca la profunda espiritualidad que el autor aportó a las imágenes religiosas de la Contrarreforma en un momento de cambio y renovación en la Iglesia Católica. Otras obras de El Greco presentes en la colección son La Piedad (hacia 1575), la rara miniatura sobre cartón Retrato de un hombre (hacia 1585-1590), San Jerónimo Penitente (hacia 1600), San Lucas (hacia 1600-1605), y San Francisco (hacia 1600-1605).

El Siglo de Oro español (hacia 1550-1700) asistió a un florecimiento de los artistas españoles, incluyendo a maestros tales como Diego Velázquez, Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo y José de Ribera. La Hispanic Society tiene la fortuna de contar con obras maestras de todos y cada uno de ellos. De esas figuras, ninguna ha sido más aclamada que Diego Velázquez, cuya genialidad como retratista queda patente en los tres lienzos que posee la Hispanic Society. Su retrato de tamaño natural del Conde Duque de Olivares (hacia 1625-26), con el dinamismo de su composición y sus símbolos políticos, contrasta con la encantadora intimidad de su Retrato de una niña (hacia 1638-1644), que el artista guardó en su colección personal. De su segundo viaje a Italia tenemos el pequeño retrato del Cardenal Camillo Astalli, conocido como Cardenal Pamphili (1650-1651). Entre las obras de insignes sevillanos coetáneos de Velázquez se incluyen Santa Lucía (hacia 1630) y Santa Rufina (hacia 1635), de Francisco de Zurbarán; El hijo pródigo (hacia 1656-1665), de Bartolomé Esteban Murillo; y Vía Crucis (Cristo con la cruz a cuestas) (1661), de Juan de Valdés Leal.

SANTA RUFINA, hacia 1635
Francisco de Zubarán
LA PIEDAD, hacia 1575
Domenikos Theotokopoulos, conocido como El Greco

La  colección es particularmente célebre por las obras de otros maestros del Siglo de Oro, tales como el pintor tenebrista nacido en Valencia, pero que ejerció gran parte de su vida en Nápoles, José de Ribera, con su obra San Pablo (1632); Alonso Cano, con Retrato de un eclesiástico (hacia 1625-1630); Pedro Núñez del Valle, con Santa Cecilia (1638); Antonio de Pereda, con San Antonio de Padua y el Niño Jesús (1655); Antonio del Castillo y Saavedra, con La Adoración de los Pastores (hacia 1655-1660); Luca Giordano, con El éxtasis de María Magdalena (hacia 1660-1665); Mateo Cerezo, con Virgen de la Inmaculada Concepción (hacia 1660-1665); Juan Antonio de Frías y Escalante, con La Anunciación (1663); Juan Carreño de Miranda, con Retrato de Felipe iv (hacia 1650), La Virgen de la Inmaculada Concepción (1670) y Retrato de Carlos ii (hacia 1680); Marcos Fernández Correa, con Trampantojos (hacia 1675); y Sebastián Muñoz, con Las exequias de María Luisa de Orleans, Reina de España (1689-1690).

LAS EXEQUIAS DE MARÍA LUISA DE ORLEANS, REINA DE ESPAÑA, 1689-1690
Sebastián Muñoz

Siglos xviii y xix

El más grande de los maestros españoles del siglo xviii y principios del xix y, de hecho, uno de los precursores del arte moderno, fue Francisco de Goya y Lucientes, que aparece representado en las colecciones de la Hispanic Society por pinturas, dibujos y casi todos sus grabados. La más famosa de las pinturas en poder de la Hispanic Society es el retrato de 1797 de La Duquesa de Alba, María de Pilar Teresa Cayetana de Silva Álvarez de Toledo. Este retrato de estilo romántico temprano, que muestra ya la influencia de la pintura de retratos británica del siglo xviii, es también un documento de la obnubilación del artista con su modelo. Esta porta dos anillos, uno con la inscripción «Alba» y otro con la de «Goya», al tiempo que señala hacia unas letras dibujadas en la arena que proclaman: «Sólo Goya». Otros retratos de Goya que figuran en la colección son Manuel de Lapeña (1799), Brigadier Alberto Foraster (1804) y Pedro Mocarte (hacia 1805-1806).

LA DUQUESA DE ALBA, 1797
Francisco de Goya
MANUEL DE LAPEÑA, 1799
Francisco de Goya

Entre los sucesores de Goya que se hallan en la colección están el prolífico pintor gallego Jenaro Pérez Villaamil y Duguet; Eugenio Lucas Velázquez, conocido principalmente por sus reproducciones de las obras de Goya; y tres generaciones de artistas de la familia Madrazo: José de Madrazo y Agudo, Federico de Madrazo y Garreta, y un amigo de Huntington, Raimundo de Madrazo y Kuntz. El más notable de todos cuantos se hallaban en activo por aquella época era Mariano Fortuny y Marsal. Fortuny cultivó una carrera internacional cuyo potencial no había hecho más que aflorar cuando falleció de forma prematura. Su inesperada y temprana muerte a las mismas puertas de la era impresionista supuso una de las grandes tragedias del arte del siglo xix, considerada aún más conmovedora por las extraordinarias imágenes, composición y pincelada de sus obras, como Árabes subiendo una colina (hacia 1862-1863). La colección de la Hispanic Society también incluye trabajos del experto paisajista Martín Rico y Ortega, el costumbrista valenciano Francisco Domingo y Márquez, el retratista y pintor histórico Emilio Sala Francés, y el influyente pintor valenciano que cultivó el estilo impresionista Ignacio Pinazo Camarlench.

ÁRABES SUBIENDO UNA COLINA, hacia 1862-1863
Mariano Fortuny y Marsal

La siguiente generación de pintores españoles demostró ser no menos creativa. Entre las principales figuras representadas se hallan el único miembro español del círculo impresionista, Aureliano de Beruete y Moret, el simbolista Santiago Rusiñol Prats, y su compañero Ramon Casas i Carbó. Estos dos últimos ocupan un lugar de especial importancia como principales figuras del grupo de artistas modernistas catalanes que se reunían en el café Els Quatre Gats de Barcelona. También hay composiciones de algunos de los primeros protomodernistas catalanes y amigos de Picasso, tales como Isidre Nonell i Monturiol, el fauvista Joaquín Mir Trinxet y Hermenigildo Anglada-Camarasa, oriundo de Mallorca, cuyas obras, pintadas en París en torno a 1910, muestran la influencia de Gustav Klimt y anticipan de múltiples formas el Cubismo Órfico u Orfismo de la próxima década.

CALVARIO DE SAGUNTO, 1901
Santiago Rusiñol Prats
MUCHACHAS DE BURRIANA (FALLERAS), hacia 1911
Hermenegildo Anglada Camarasa

También se encuentran presentes en la colección pinturas de temas españoles realizadas por artistas norteamericanos que viajaron a España a finales del siglo xix y principios del xx. John Singer Sargent viajó a España en 1879, en gran medida para estudiar la obra de Velázquez. En el Prado, Sargent copió una pintura atribuida por aquel entonces al maestro español, Dwarf with a Mastiff, Copy after Velázquez (Enano con un perro [copia de la obra de Velázquez]) (1879-1880), una obra que permaneció en su estudio como referencia a lo largo de toda su carrera. La colección incluye otra obra importante, La danza española (1879-1880), que sirvió de estudio para uno de sus cuadros más famosos, El Jaleo (1882). Childe Hassam, el impresionista americano, está representado con tres obras admirables: Cathedral at Ronda (Catedral en Ronda) (1910), Ronda (1910) y Square at Sevilla (Plaza en Sevilla) (1910). Además de otras obras de otros pintores estadounidenses, hay un grupo de 31 pequeños óleos realizados por Max Kuehne durante sus viajes por España, allá por 1920.

THE SPANISH DANCE (LA DANZA ESPAÑOLA), 1879-1880
John Singer Sargent
SQUARE AT SEVILLA (PLAZA DE SEVILLA), 1910
Childe Hassam

Sorolla y sus contemporáneos

A lo largo del pasado siglo, las obras del pintor valenciano Joaquín Sorolla y Bastida han llegado a estar tan estrechamente asociadas a la Hispanic Society of America que, a día de hoy, es casi imposible mencionar al uno sin nombrar a la otra. La Hispanic Society, que posee la más amplia y prestigiosa colección de obras de Sorolla fuera de España, es visita obligada, si no lugar de peregrinación, para todos aquellos que admiren y deseen estudiar al «pintor de la luz». En la actualidad, la colección incluye 88 óleos sobre lienzo, 20 pequeños bocetos al óleo sobre cartón o tabla, y 110 aguadas y dibujos.

Ningún otro pintor de esa época domina la Hispanic Society tanto como Sorolla. Tras ganar una medalla de honor en la Exposición Universal de París de 1900, pronto se convirtió en el artista español más famoso de su generación. Posteriormente, cimentó su importancia internacional con el espectacular éxito en la Hispanic Society en 1909, una exposición de 350 pinturas que atrajeron a más de 160 000 visitantes en el plazo de un mes. Archer Huntington admiraba tanto su obra que le encargó una serie de 14 monumentales lienzos que reflejaran las costumbres, la indumentaria y las tradiciones de las distintas regiones de España, Visión de España (1913-1919), para una galería de la Hispanic Society que había construido expresamente para ellas.

BUEYES SACANDO LA BARCA, 1903
Joaquín Sorolla

En los años que siguieron a la fundación de la Hispanic Society en 1904, Sorolla disfrutó de una relación muy especial con la institución. Además de auspiciar dos exposiciones en Estados Unidos de las obras de Sorolla, en 1909 y 1911, Archer Huntington adquirió multitud de obras del maestro valenciano que, hoy en día, constituyen una parte considerable de la colección de arte del siglo xx que posee el museo. El asombroso efecto de Bueyes sacando la barca (1903) se debe por igual a la meticulosa evocación de la realidad, al juego de la luz y a los elementos abstractos, tales como el uso del pincel en los colores de los remolinos de agua. Con frecuencia, el virtuosismo, realismo y dominio de la luz de que hace gala Sorolla ocultan los aspectos abstractos e intelectuales de lienzos tales como Tras el baño (1908), con sus claras referencias a la diosa de la belleza grecorromana, Venus, que emerge de las aguas. Otras obras destacadas adquiridas por Huntington tras la exposición de 1909, para sí mismo y para la Hispanic Society, incluyen Playa de Valencia a la luz de la mañana (1903), Idilio marino (1908) y Niños en la playa (1908). El magnífico retrato de Louis Comfort Tiffany (1911), una obra encargada por Tiffany que permaneció colgada en su residencia de Laurelton Hall a lo largo de toda su vida, pasó a formar parte de la Hispanic Society tras ser donado por su familia en la década de 1950.

NIÑOS EN LA PLAYA, 1908
Joaquín Sorolla
TRÁS EL BAÑO, 1908
Joaquín Sorolla

Además de obras de Sorolla, la colección de la Hispanic Society contiene ejemplos notables de artistas contemporáneos suyos, tales como Hermenegildo Anglada-Camarasa, Joaquim Mir Trinxet, Lluis Graner Arrufi, Francisco Pradilla Ortiz, Eduardo Chicharro, Manuel Benedito Vives, Fernando Álvarez de Sotomayor, Gonzalo Bilbao Martínez y, sobre todo, el célebre artista vasco Ignacio Zuloaga Zabaleta. La Hispanic Society celebró una exposición de pinturas de Zuloaga en 1909, el mismo año de la primera muestra de Sorolla. Algunas de las mejores obras de Zuloaga, que dan testimonio de su amplísimo registro artístico, son Lucienne Bréval en Carmen (1908), Mi prima Cándida (1908), Los penitentes (1908) y La víctima de la fiesta (1910). Imágenes tales como su Retrato de la familia del torero gitano (1903) captan los rasgos característicos de las gentes y los lugares de la España de comienzos del siglo xx de una forma sumamente personal.

LA FAMILIA DEL TORERO GITANO, 1903
Ignacio Zuloaga
LUCIENNE BRÉVAL EN CARMEN, 1908
Ignacio Zuloaga

Comienzos del Siglo xx

Los intereses etnográficos y la predilección por el arte figurativo del fundador de la Hispanic Society continuaban representados en las decenas de retratos y estampas regionales procedentes de España, Portugal y Cuba que Huntington encargó a José María López Mezquita en la década de 1920 y principios de la de 1930. Las 34 pinturas que alberga la colección del artista autodidacta catalán Miquel Viladrich Vilá ofrecen un sorprendente contraste con las pinturas regionales de López Mezquita. Viladrich trabajaba al margen de los movimientos artísticos de la época, prefiriendo, en su lugar, desarrollar su técnica y su pintura tomando como modelo a los pintores primitivistas italianos del Quattrocento y a sus contemporáneos flamencos. Entre las obras de la colección correspondientes a otros artistas que estuvieran en activo en la década de 1930 y fueran adquiridas por Huntington, en su mayoría por recomendación de López Mezquita, se incluyen las de José de Togores, un modernista español que volvió de la Abstracción a la pintura figurativa en la década de 1930, y Ramón de Zubiaurre, que pintó escenas de la cultura regional vasca, así como Joaquín Sunyer Miró, José Pinazo Martínez y Francisco Núñez Losada.