La escultura española ha sido siempre uno de los puntos fuertes de la Hispanic Society, y continúa creciendo por medio de nuevas adquisiciones. La escultura española medieval se encuentra representada en la obra catalana del siglo xiii Mater Dolorosa, que combina una sensibilidad abstracta de cierto aire románico con un nuevo y conmovedor patetismo gótico. La Hispanic Society también posee uno de los más notables exponentes que se puedan encontrar en el Nuevo Mundo del primer arte renacentista español, una pareja de sepulcros procedentes del Monasterio de San Francisco de Cuéllar (Segovia), creados entre 1498 y 1525 para la familia de los Duques de Albuquerque. La más antigua de las dos tumbas, la del Obispo de Palencia, se realizó en el estilo gótico hispano-flamenco que imperaba en aquella época y se asociaba a escultores tales como Gil de Siloé, que permaneció activo en la ciudad de Burgos desde 1480 hasta 1500. El sepulcro –ligeramente posterior– de Mencía Enríquez de Toledo, segunda esposa del Duque de Albuquerque, se realizó en el clásico estilo del Renacimiento Italiano que empezaba a desarrollarse en centros como Toledo. La Hispanic Society también cuenta con un exquisito relieve correspondiente a un retablo de madera policromada titulado La Resurrección (hacia 1490), de Gil de Siloé: famoso por su habilidad tanto en piedra como en madera, este artista talló varios de los encargos más importantes de esa época en Burgos.
Si bien las formas clásicas del Renacimiento Italiano llegaron a España en los siglos xv y xvi, las técnicas artísticas importadas no llegaron a reemplazar por completo a sus predecesoras. La escultura en madera policromada, como la preciosa figura de San Martín (hacia 1475- 1500), procedente de León, continuó realizándose a lo largo y ancho de la Península Ibérica. De principios del siglo xvi, la Hispanic Society tiene una colección pequeña, pero sumamente importante de estatuillas y amuletos de azabache provenientes de Galicia, siendo la más reseñable una gran figura de Santiago el Mayor (hacia 1525-1550). Por otro lado, tres medallones de piedra caliza (hacia 1535-1540) que otrora adornaran un palacio o edificio público lucen retratos de Carlos v, Isabel de Portugal y el hijo de ambos, que más tarde se convertiría en Felipe ii.
La escultura en madera policromada representa la mayor parte de la colección. El Niño Jesús (hacia 1645), de Francisco Dionisio de Ribas, es una modalidad de esta muy popular entre los clientes y escultores sevillanos del siglo xvii. Pedro de Mena, el escultor más solicitado en Málaga y Granada en la segunda mitad del siglo xvii, es el creador del busto, sorprendentemente realista, de San Acisclo (hacia 1680), patrón de Córdoba. Y de Andrea de Mena, monja cisterciense de Málaga e hija de Pedro de Mena, son dos raros ejemplares que mantienen un estrecho vínculo con la obra de su padre, Ecce Homo (1675) y Mater Dolorosa (1675). Estas dos obras a pequeña escala, de primoroso detalle, están firmadas y fechadas en sendas placas situadas en la base.
La terracota, un material bastante popular entre los escultores andaluces del siglo xvii, alcanzó su apogeo con la obra de la artista sevillana Luisa Roldán, conocida como la Roldana. Una de las pocas mujeres artistas que tuvo un estudio fuera de un convento en la España del Siglo de Oro, Luisa Roldán destacó en la escultura de piezas de devoción personal a pequeña escala, tales como El matrimonio místico de Santa Catalina, El éxtasis de María Magdalena, El descanso en la huida a Egipto, Cabeza de San Juan Bautista y Cabeza de San Pablo, todas ellas producidas en Madrid entre 1692 y 1706.
También está representada en la colección de la Hispanic Society la escultura de temas hispánicos realizada por artistas españoles, europeos y americanos de finales del siglo xix y principios del xx, en particular un considerable número de trabajos de Mariano Benlliure y Gil. Entre los bustos en bronce de Benlliure se encuentran dos de su buen amigo Sorolla; un bajorrelieve del Dr. Santiago Ramón y Cajal (1908); un estudio en bronce de la cabeza de Francisco de Goya y Lucientes (1913); el íntimo amigo de Huntington y fundador del Instituto de Valencia de Don Juan, Guillermo Joaquín de Osma y Scull (1918); y obras encargadas por Huntington en 1929, entre las que se incluyen Dr. Gregorio Marañón; Benigno de la Vega-Inclán y Flaquer, Marqués de Vega-Inclán; Álvaro de Figueroa y Torres-Sotomayor, Conde de Romanones; y Primo de Rivera. Otra obra en bronce de Benlliure es un estudio de la cabeza de Francisco de Goya y Lucientes (1913). Benlliure trabajó con un amplio abanico de materiales, incluida la porcelana, de la que existen tres obras en la colección: Una gitana, Una maja y una estatuilla de la cantante María de Barrientos. Asimismo, en la colección están representadas obras en bronce y escayola de los escultores españoles Antonio Rodríguez Villar, Ignacio Pinazo Martínez e Ismael Smith; además de obras del escultor napolitano Vincenzo Gemito, el francés Count d’Épinay, el ruso Paul Troubetzkoy, y los estadounidenses Herbert Hazeltine, Gutzon Borglum, Brenda Putnam y James Earle Fraser.