Entre los tesoros litográficos de la Hispanic Society se encuentran estos tres afiches que datan de 1897, 1898 y 1900. Hechos en Barcelona, estos afiches marcan un punto álgido en la historia de las artes graficas en España y Barcelona en particular, en una época en que artistas de primer orden empezaban a tomar los afiches como una tarea seria y crear imágenes de impactante belleza. Muchos de sus trabajos se consideran hoy emblemáticos de la era. De aquellos que se ocuparon en el arte de los afiches, ninguno logró resultados más espectaculares que Ramon Casas. Nacido en 1866 dentro de una familia de ricos industrialistas, viajó a Francia a menudo donde absorbió los últimos estilos, sobre todo los de Edgar Degas (1834–1917) y James Abbott McNeill Whistler (1834–1903), los cuales incorporó a sus propias imágenes de la vida moderna en Barcelona. En estos tres afiches, Casas anuncia varias actividades en el bar Els Quatre Gats. Abierto por un breve periodo de 1897 a 1903, este bar fue parte de un esfuerzo de Ramon Casas y un grupo de sus amigos, Pere Romeu (1862–1908) y los pintores Miquel Utrillo (1862–1934) y Santiago Rusiñol (1861–1931), por crear un ambiente hospitalario para el arte como el que habían conocido en París. En palabras de Rusiñol:

Esta estancia es posada para los desganados, es templado cobijo para los que sienten la añoranza del hogar, es museo para los que buscan golosinas para el alma, es taberna y emparrado para los que aman la sombra de los pámpanos y la esencia exprimida de los racimos, es gótica cervecería para los amadores del mediodía, es casa de salud para los enfermos de nuestro siglo y rincón de amistad y armonía para los que entran a guarecerse bajo los pórticos de la casa.

El enunciado de Rusiñol sugiere también el ethos del modernismo catalán, el movimiento que Casas y Rusiñol auspiciaban. Más un enfoque que un estilo particular, el modernismo catalán buscaba liberarse del conservadurismo estético que entonces prevalecía en Barcelona, proponiendo una nueva actitud con respecto al arte y la elaboración de imágenes. Como otros movimientos europeos a principios del siglo XX, mezclaba varias tendencias: japonismo (interés en lo japonés), el llamado impresionismo de Whistler y Degas, simbolismo, naturalismo y la elegancia decorativa del art noveau. Artistas y escritores catalanes unieron estas hebras de una manera distintiva para crear obras importantes. Els Quatre Gats pronto se convirtió en algo más que un café para artistas e intelectuales afines, constituyéndose en un activo centro cultural donde se presentaban eventos teatrales y exposiciones de arte. Este fértil ambiente sirvió como trampolín para muchos otros artistas, de los cuales hoy el más famoso es Pablo Picasso (1881–1973).

El afiche Sombras Quatre Gats representa un evento ocurrido en el café: un número de títere de sombra. En estos eventos, figuras recortadas era movidas frente a una pantalla iluminada, proyectando así sus siluetas sobre la pantalla, mientras que los artistas cantaban o recitaban. Dos de los fundadores del café, Romeo y Utrillo, habían visto este tipo de teatro en París y anhelaban presentarlo Els Quatre Gats. La producciones que montaron involucraron a todas la figuras principales de la vida cultural de la ciudad, incluyendo escritores, músicos y por supuesto a Casas, Utrillo y Romeu. En el afiche, Casas (con la ayuda de su amigo Utrillo) crea sin mayor esfuerzo otra obra maestra del diseño. A la izquierda está sentada una señora ataviada con un elegante mantón de Manila (la principal contribución de Utrillo en el afiche), mientras que detrás de su mesa y al centro se encuentran cinco figuras delineadas en un azul pálido: los artistas Ramon Casas, Miguel Utrillo, Santiago Rusiñol, Ignacio Zuloaga (1870–1945) y Eliseo Meifrén (1859–1940). A la derecha, Romeu, pintado en colores vivos, se encuentra de pie frente a la pantalla sobre la que se proyectarán las sombras, y arriba de la pantalla están las letras anunciando a las sombras. La imagen evoca el evento de manera vívida, casi sin esfuerzo alguno, pero Casas ha elaborado la composición la imagen con extremo cuidado. La yuxtaposición de los cinco artistas, Romeu y la pantalla evoca el proceso de proyección de las figuras recortadas y las siluetas que producen. El contraste entre los cinco artistas bosquejados en azul y Romeu en su traje marrón es el contraste entre las sombras y el mundo a color. En los afectuosos y cómicos retratos de los cinco artistas y Romeu, Casas hábilmente añade un sutil comentario. En Puchinells 4 Gats, Ramon Casas anuncia un espectáculo de teatro de títeres para niños en Els Quatre Gats. A primera vista la imagen parece simple, pero un inteligente sentido del humor y una magistral apreciación de la elaboración de imágenes la subyacen. Una marioneta a la izquierda sostiene un palo con el que ha golpeado a la figura de la derecha. La línea diagonal del palo contrasta con las rígidas líneas verticales y horizontales de los dos títeres. Con gran destreza, Casas a la vez nos sugiere su rigidez y la acción que acaba de ocurrir. Los brazos y manos evocan espléndidamente cómo estos personajes podrían haberse movido. Ha aplicado el color en intensos planos que realzan la composición a medida que evoca a los dos combatientes, el frente del teatro cubierto de tela donde cae el primer títere, y el fondo detrás de ellos. Las letras son incorporadas con facil destreza en el espacio abierto. Como toque final, Casas incluye un retrato de su amigo Pere Romeu como la figura de Puchinellis o Punch.

La representación de Romeu es en varios aspectos la más extraña. Casas ha destacado tanto los rasgos distintivos del hombre que, con su rostro enjuto y las líneas marcadas de su frente, constituye casi una caricatura. Según todos los testimonios, Romeu inspiraba genuino afecto en sus amigos y en ninguno más que en Casas. Los dos retratos que Casas incluyó en las pinturas para Els Quatre Gats dan fe ampliamente de este afecto (Ramon Casas y Pere Romeu en un tándem, o Ramon Casas y Pere Romeu en automóvil, ambas en Barcelona, Museu Nacional d’Art de Catalunya, inv. 069806-000 and 214453-000, respectivamente). Casas volvió a retratar a su amigo en Quatre Gats Pere Romeu, el tercer y último afiche que hizo para Els Quatre Gats. Sentado detrás de la barra, Romeu nos observa con una mirada curiosa, acaso inquisitiva, mientras que en el fondo un público apenas bosquejado se entrega a la juerga con las jarras en alto. Situándonos cara a cara con Romeu, Casas ingeniosamente nos pone en una situación inusual: como si estuviéramos detrás de la barra pero a la misma vez siendo invitados a pasar y unirnos a la desenfre